jueves, 2 de agosto de 2012

El Amor de Chesima.



 Apenas se algo de Chresima… datos sin ninguna relevancia al hablar de una mujer que vivió hace dos mil años… ¿dos mil años? Ni tan siquiera puede eso precisarse con mayor acierto…
Chresima fue esclava en la antigua Roma, y también liberada después por su amo, como tantas personas, una liberta… seguramente vivió en una ciudad romana de las Cinco Villas de hoy, y que como su liberta, también ha perdido su historia y su grandeza… y hasta su nombre.
 Es casi seguro que, en alguna ocasión, las oscuras pupilas de Chesima brillaron al recrearse en ellas la altanera imagen de aquella urbe que fue su cuna y, con gran orgullo, se volcaba sobre la vía que, a su vez, era la arteria que había creado y acrecentado su monumental porte urbano… E incluso no es difícil imaginar la frágil silueta de Chresima retornar a su hogar a la puesta del sol, caminando cansada entre los campos dorados que abrazan la ciudad, si acaso trabajó alguna vez el campo…
Avanza lenta y fatigada por los esfuerzos de la jornada, pero pese a todo, su andar es armonioso y elegante. Y al elevar la vista, Chresima admira aquella ciudad y suspira… Los monumentales pórticos del Foro escalonado, las pétreas esculturas que jalonan las plazas, las columnas, las calles, el alegre transitar de los ciudadanos que vuelven conversando y riendo de un relajante baño en la termas…
Y allí podemos ver a Chresima…
 Antes de que el sol se esconda tras el cerro del Pueyo, su sombra se proyecta larga sobre los campos y casi parece prolongarse más que el efímero paso de su dueña por la Historia…
Chresima…
Antes de desvanecerse en la oscuridad, su sombra casi alcanza a confundirse con la de los altos pilarones del acueducto que sacia la sed de la ciudad, y junto al cual camina… Pero supera su cenit y la luz mágica del ocaso se esconde entre los alientos de la noche.
¿Qué sentía aquel día?... ¿en que pensaba?... ¿cuantos días le restaban por alcanzar la libertad? ¿Disfrutó de ella?...o…como el sol de aquella tarde, ¿era pronta su muerte? Nadie tiene la respuesta. Eso es, en definitiva, todo lo que sabemos de Chresima… que vivió. Que existió una Chresima, una mujer que, como nosotros, sintió la vida, y rió, y se emocionó, y lloró… y amó. Amó.
Y resulta curioso que en un mundo donde se valora el dinero y el status social, todo lo que sepamos de una persona de hace dos mil años, sea que amó, y fue amada, porque, de hecho, es gracias ello que conocemos de su existencia. Chresima no financió la edificación de una escultura suya en el foro, ni contó ningún historiador de su vida privada como esposa del emperador… No, Chresima transcendió por su amor, su amor transcendió a través de la sepultura que su esposo le dio…
Hoy, dos mil años después de aquel atardecer sobre las ruinas del yacimiento romano de Los Bañales, si el caminante apasionado tiene tiempo para adentrarse por los campos de trigo, y toma un tortuoso camino de polvo que bordea el cerro del Pueyo por su cara suroeste, quizá tenga la suerte de hallar un enorme bloque de piedra arañado por las rejas de tractor y azotado por la furia de mil tormentas… mil veces el zorro la utilizó de madriguera, y la maleza de apoyo, ¡cuantas veces los rayos resquebrajaron su dureza a la par que el campesino la empujaba fuera de su campo!… pero pese a todo, la tumba de Chresima ahí perdura, allí nos aguarda… su nombre casi parece imaginarse más que leerse, como si ese peculiar epígrafe fuese ya inmune incluso a los años, como si no hubiese sido el cincel su autor, sino el amor, el amor que aun tiene su rincón y recuerdo en una piedra olvidada entre los campos de Cinco Villas…
No sabría describir el término Historia, pero al leer las letras en la roca milenaria, sin entenderlas apenas, sentí la Historia, porque la Historia la hacen las personas, y las personas, se emocionan, ríen, lloran…y AMAN.


Escrito por: Eloy Morera

6 comentarios:

Nieves dijo...

Qué bonito relato que emociona... Es hermoso leerlo y sentir el corazon palpitar acelerado.. Al sentir a Chresima tan cerca, al sentir su amor, su emocion, es hermoso para quien, como yo, sintio el Amor en Los Bañales. Es precioso ver como ves el mundo de manera tan romántica...
Nieves

Javier M. dijo...

2012-08-03-Querido Eloy.
Me encanta tu poema que nace de la Historia y de tus enormes capacidades para comprender a las personas en perspectivas temporales lejanas… y llega justo al corazón… Gracias por compartir esos sentimientos tan humanos con los que te queremos…
Siempre recordaremos aquella tarde de julio que recorríamos campos secos y piedras viejas… con sombras alargadas y sonrisas del corazón… eso es la vida…¡lo mejor de la vida!… y serán siempre nuestros recuerdos…
Javier Morera

Olga dijo...

Eloy:Me ha encantado.Es muy román-
tico.Me encantaría poder recorrer
con Chresima las calles donde nació
donde murió pués tal como tu lo describes da ganas de viajar al pa-
sado y pasearse por el acueducto...
admirar las esculturas del Foro...
y sobretodo transcender por un verdadero amor.
Con cariño. Olga

Rosa dijo...

Es precioso el relato y la forma cómo nos has transmitido ese amor que ha permanecido en tantos siglos de historia, capaz de cincelar hasta los corazones más duros...imaginar y soñar...
Me ha encantado.
Besos
Rosa

Anónimo dijo...

Bonito blog, como historiadora, me ha encantado esta entrada, es hermoso ver a través de los restos históricos, los sentimientos más profundos del ser humano,al fin y al cabo, el amor es lo que le da sentido a nuestras vidas hoy, y hace 2.000 años, aunque las preocupaciones sea distintas, es precioso ver que siempre hay un elemento que perdura a lo largo de los tiempos y nos da fuerzas para vivir, en cualquier época, el amor.
Me encanta este blog, imagino que vuestras reuniones deben ser geniales y de una calidad humana excepcional, os felicito a todos por llevar este magnífico blog que descubrí por casualidad, y en particular al autor de esta entrada que llega al alma.
Saludos!
P.D. : La música de acompañamiento, no podía ser mejor!

Anónimo dijo...

Precioso texto : )