sábado, 27 de julio de 2013

EL VIAJE DE LA VIDA... LA SOLEDAD DE LA ISLA


Con la obra de Daniel Defoe, Robinsón Crusoe, este jueves nos lanzaremos al viaje de un varón típico del siglo XVIII que se embarca para “hacer fortuna” y “ganarse la vida”… navega entre religiones y culturas, entre lo conocido y lo ignoto, desde los padres hasta los malhechores… y una vez pasadas las primeras aventuras “adolescentes”… naufraga… se pierde… se arruina… en un mar de peligros… en un océano de circunstancias que no son parte del “yo”, sino que lo marcan, lo modelan, lo modulan… lo ahogan o lo elevan…
Pero Defoe le da una isla a su Robinsón… casi como un purgatorio… casi como una segunda oportunidad para reorientar el navío de su existencia… pagando unos precios dignos del infierno de Dante… soledad… aislamiento… carencias… desesperanza… miedos…
Así pasamos la adultez… trabajando… defendiendo… inventando una existencia donde cada vez hay menos esperanza de volver a la explosión vital de la juventud…
Astuto Defoe… no es casualidad que su protagonista sea el estereotipo de los ciudadanos actuales de esta cultura tan distinta a la soledad… pero tan asfixiada por esos mismos problemas existenciales que padeció Robinsón.
Hoy todos somos Robinsón… debemos valernos por nosotros mismos, solos… debemos viajar y naufragar varias veces… en la vida… y reciclarnos. Debemos ver lo bueno que tenemos y no estar pensando en lo que hemos perdido… debemos ser solidarios con todos… pero con fronteras bien cerradas… con pruebas selectivas y competitivas para todo… hasta para entrar a estudiar… Debemos ser muy educados pero estamos solos, incomunicados, escondidos en fortalezas para que no nos ataquen… no nos conozcan… no nos venzan…
Y además debemos saber ingles como todo el mundo… y alemán por si acaso…

Solución: algún embriagador que nos haga “no ver” tanto.


Escrito por: Javier  Morera  Betés

miércoles, 24 de julio de 2013

UN ROMÁNTICO EJEMPLAR


El 2 de Mayo pasado, comenzábamos este ciclo dedicado a los grandes músicos románticos… Nos iniciamos con Beethoven, ahora seguimos con Liszt… ¡Que mas se puede pedir!...
Si el primero fue el genio que abrió la puerta del romanticismo, este segundo fue el mago que lo llenó de ritmo, de canciones, de luz y de admiradores…


En nuestra sesión hablaremos de este niño prodigio, genio, virtuoso… de su memoria… de su talento musical… hablaremos de cómo creo el fenómeno de “seguidores” que hoy conocemos como “fans”…  hablaremos de sus amores… siempre tan divulgados… de sus grandes conciertos y de su apostura… hasta de sus cambios y extraños rumbos de vida… hablaremos de sus celebérrimas amistades…
Y es que Liszt es el cenit del romanticismo… en sus múltiples facetas…
Hay que recordarlo por tantas cosas…hay que conocerlo por tantos motivos… ¿Qué seria de nosotros sin sus “sueños de amor”… sin sus “rapsodias” de la tierra… sin sus “poemas sinfónicos”?...
Pero lo mejor para conocerlo, para recordarlo, para vivirlo… para enamorarse de este mago… es escuchar su música… ya que sus manos ya no pueden hacer sus prodigios en el aire de un piano dieciochesco…



Escrito por Javier Morera

lunes, 15 de julio de 2013

MUNDOS DENTRO DE MUNDOS


En el libro que nos cita esta semana, “Sangre de Tinta”, segundo de la trilogía “Mundo de Tinta” de Cornelia Funke, volvemos a disfrutar de la imaginación creativa y fantástica de una mente privilegiada que nos transporta con su pluma a mundos imposibles y vidas impenetrables…
Si, ya se que hay muchos libros y autores creativos que nos describen “mundos” y personas verdaderamente originales, de diseño, para secuestrarlos y guardárnoslos de por vida, en el cajón de la mesilla… perfectos… Si, ya se que hay muchos inventos y bichos raros que nos sorprenden y nos dan asco o miedo… en mil libros y mil películas… Si, ya se que el escritor y el director juegan a ser dioses de mundos de papel, tinta, plástico y efectos especiales…
Pero Cornelia en estos libros juega a otras cosas mas profundas, más filosóficas, más serias, más difíciles de pensar y aun de imaginar…
En el capitulo “El Plan de Fenoglio” a mitad de este libro comentado y que trataremos el jueves próximo, se desarrollan en  un dialogo precioso entre una adolescente y el escritor de “Mundo de Tinta”, unos supuestos muy ambiciosos… dignos de una buena clase de filosofía para graduados de una universidad que enseñe a pensar…
Fenoglio quiere cambiar el mundo que él propiamente ha construido en su libro… ¡quiere “reescribir”! su propia imaginación… Y el mundo que se creó en su libro resulta que ha tomado vida… ya lleva su dinámica… y cualquier cambio en la historia puede alterar incluso el verdadero libro… un “efecto mariposa” dentro de una construcción imaginativa… una estructura supuesta que se arranca de su base fantasiosa para hacerse edificio vivo, tejidos actuantes, sombras que se hacen protagonistas… sueños que son causas… consecuencias reales de palabras escritas…
El autor que corrige su propia idea…
La adolescente que no se decide por su vida real…
El lector atrapado entre letras, fantasías y preferencias…
Cornelia Funke divirtiéndose con nuestra perplejidad…


Verdaderamente, estos libros son cosas de distraer a los niños en sus vacaciones de verano… nada comparable a esos problemas tan reales de los adultos que vemos continuamente en la TV, como las mil maneras de cocinar el tomate para que parezca melón… ¡eso si que es cosa de adultos!

Escrito por: Javier  Morera 

martes, 9 de julio de 2013

TRES MOMENTOS DE UNA LECTURA


Cuando lees la Isla Amarilla de Paloma Pedrero, lo primero que te surge es una sonrisa, suave, infantil… de burla sencilla, de simpleza pueril, de poco calado y critica vecinal.
Los típicos tópicos de una topografía architípica. Y nos reímos.
Los estereotipos de toda la vida. Y sonreímos más.
Los prototipos de una cultura más prejuzgadora que pensada y sensata.
(Para comprender mejor nuestras risas, lo cómico y el chiste en nuestras vidas, es muy recomendable leer ese magistral ensayo EL CHISTE Y SU RELACIÓN CON EL INCONSCIENTE, de Sigmound Freud, 1905)
Cuando piensas un poco tras cerrar el libro o ver la representación de la obra… y dejas razonar las ideas sobre sentido común, lógica y ciencia… cuando pasas por juicios de rumbo y sentido los “absurdos” esquemas que nos hacen recorrer la Isla Amarilla… ya no te ríes… se hiela la sonrisa y la faz se vuelve seria, constricta, dura… te empiezas a plantear… ¡Cuanta idea irracional!... manejamos como piedras angulares donde apoyamos nuestros “silogismos” culturales occidentales…



(Para comprender mejor este párrafo, os recomiendo leer MANUAL DE TERAPIA RACIONAL EMOTIVA de Albert Ellis y Russell Grieger, 1981)
Pero si somos capaces de intentar poner en marcha la obra… Si somos capaces de hacer que unos cuantos niños o jóvenes se pongan la absurda máscara de nuestros absurdos “roles” y se rían de si mismos y de sus padres, y de sus gustos, y de “todo”… incluido el dinero, la comodidad, y los negocios…
¡¡¡Y eso es mucho!!!…
Pues ese mucho lo consigue fácilmente este “folletito” de Paloma Pedrero. Lo que todos deberíamos de plantear como acción de conciencia una vez al día… por lo menos… para no ser tan “papalagi”…
(Para comprender mejor este párrafo, os recomiendo leer otro librito “sencillito” PSICOANALISIS DE LA SOCIEDAD CONTEMPORANEA de Erich Fromm, 1955)

Pues eso… te planteas este librito de la genial Paloma o te pegas unos meses buceando por una buena biblioteca de psicología y sociología… eso si, con libreta para apuntes y sin una sola sonrisa… El tema de cómo hacemos el payaso con cincuenta años, es muy, pero que muy serio, especialmente cuando nos creemos “civilizados y sensatos”…



Escrito por: Javier Morera

jueves, 4 de julio de 2013

EL VIEJO Y SU MAR


“Las nubes se levantaban ahora sobre la tierra como montañas y la costa era solo una larga línea verde con las lomas azulgrís detrás de ella. El agua era ahora de un azul profundo, tan oscuro que casi resultaba violado. Al bajar la vista vio el cernido color rojo del plancton en el agua oscura y la extraña luz que ahora daba el sol. Examinó sus sedales y los vio descender rectamente hacia abajo y perderse de vista; y se sintió feliz viendo tanto plancton porque eso significaba que había peces”.

Efectivamente, como todos habéis adivinado, se trata del célebre libro de Ernest Hemingway, EL VIEJO Y EL MAR, que es nuestro punto de encuentro para este jueves de verano que ya se nos viene encima… ¿Quién no ha leído, hablado, opinado sobre este interesante libro?...
Como siempre, empezaremos refrescando nuestra memoria con datos importantes de la biografía de este escritor, famoso por tantas características curiosas… Luego intentaremos reflexionar sobre sus letras… sus paisajes, sus palabras, sus intenciones, sus significados…

“No puedo hacer nada con él, y él no puede hacer nada conmigo –pensó–. Al menos mientras siga este juego.”

Muy curioso… muy para pensar… muy filosófico… por algo lo hemos citado desde ese ciclo que llamamos de “FILOSOFÍA Y VIDA”…
Supongo que se nos queda grande para mentes tan pequeñas… nos hará falta ese libro o ese profesor que desde la Primaria hasta el Doctorado nos ha dicho qué debemos leer, qué debemos entender, a qué debemos atender, qué es lo importante y qué es lo que no vale…
Mis clases de literatura, me recuerdan a esos programas con los que debes realizar la declaración de los pagos de impuestos… todo esta tan tutorizado… tan encasillado que no puedes perderte… y si no cumples con todas las casillas… pagas con el suspenso o la multa…

Pero yo quería escribir sobre ese problema con el pez grande y el escritor…


“En la siguiente vuelta estuvo a punto de vencerlo. Pero de nuevo el pez se enderezó y salió nadando lentamente.
“Me estás matando, pez –pensó el viejo–. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más grande, ni más hermosa, ni más tranquila, ni más noble que tú. Vamos, ven a matarme. No me importa quién mate a quién.”
“Ahora se está confundiendo la mente –pensó–. Tienes que mantener tu cabeza despejada. Mantén tu cabeza despejada y aprende a sufrir como un hombre. O como un pez”, pensó”.

Tendré que preguntar a un asesor de impuestos… no se si sabré entender a Hemingway… ¿Y vosotros?

Escrito por:   Javier  Morera Betés