lunes, 16 de enero de 2017

VIVE Y DEJA COMPRAR


No son muchos los que han visto las 24 películas oficiales que existen de James Bond; menos aún los que se las conocen y diferencian; y prácticamente nadie los que han leído alguna de las novelas bondianas de Ian Fleming que inspiraron las películas. Es verdad. Pero todos saben quién es el agente 007, ¿O no? Para algunos es un héroe, para otros, un payaso ridículo, para unos un modelo de perfección, y para otros un machista misógeno; para unos un tipo simpático, y para otros un perverso símbolo de capitalismo. Pero todos, absolutamente todos, tienen una clara imagen en su mente sobre 007. Todos reconocen la silueta del agente con su esmoquin y su pistola.


Además, y aunque actualmente este muy difundida la idea de que James Bond es un personaje caduco e infantil, es curioso que siga protagonizando películas después de más de medio siglo de andadura por la gran pantalla -máxime cuando ya lo hemos visto disparando al espectador, a través del gun´s barrel, la friolera de 24 veces-. Es curioso que artistas de la fama de Paul McCartney o Madonna hayan querido interpretar temas musicales de alguna película Bond, o que Heineken pagase, para que 007 bebiese un botellín de su cerveza en la reciente película de Skyfall, nada menos que 45 millones de dólares. 45 millones. Por algo será, digo yo. A lo mejor resulta que, después de todo, James Bond es algo más que un personaje de cine caduco e infantil. A lo mejor resulta que es un fenómeno social, que ha marcado una época, y que tiene el fondo suficiente para suscitar algunos análisis, comentarios, o cuestiones. Y de ello nos ocuparemos este jueves. ¿Qué por qué hablar de James Bond un jueves de enero por la tarde habiendo tantas rebajas? En fin, “solo se vive dos veces”, y para nosotros, este mundo “no es suficiente”…



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